martes, 27 de octubre de 2009

PROCESO PARA AUTOMATIZACIÓN DE UNA FINCA

Como herramientas, los investigadores tendrán a su disposición tecnología de punta, como la diseñada por el CIAT, la información de la Federación Nacional de Cafeteros (de cada uno de los predios cultivados), los exportadores de café y los trabajos del Centro Nacional de Investigaciones del Café (Cenicafé).En este programa, por ejemplo, el Ciat medirá la efectividad de herramientas tan descrestadoras como MarkSim, un software que genera los datos diarios simulados de clima para las zonas tropicales, útil a la hora de tomar la decisión de sembrar cualquier cultivo. Igualmente, se usarán otras de apoyo, como MapMaker y GeoSoil; el primero, un software que tiene mapeadas todas las áreas de producción agrícola, mientras que el segundo es una base de datos de la calidad de los suelos del país y, a su vez, sistema georreferenciado de imágenes satelitales, dijo Thomas Oberthür, líder de este trabajo en el Ciat.
En las fincas, apoyaremos la investigación con datos, como suelo, clima, topografía, variedades sembradas y todos los procesos de producción y beneficio que hacen nuestros proveedores, es decir, los cafeteros a quienes les compramos sus cafés, hoy catalogados como especiales.Allí mismo en el caso de Virmax los exportadores lo tuestan y catan y dan su veredicto acerca del llamado perfil de taza. Es un procedimiento por medio del cual establecemos el sabor, el grado de acidez, el aroma y el cuerpo de un café en particular, dice Alejandro Cadena, gerente de Virmax, quien también es catador de cafés especiales.Luego, son empacados en sacos, pero con las especificaciones del caso, especialmente la zona donde ha sido cultivado y el nombre de la cooperativa a la que están afiliados los cafeteros que produjeron esa calidad. En pocos días esos cafés estarán empacados en bolsas de libra en las tiendas más exclusivas de Japón, Estados Unidos y Europa, mientras que a los cafeteros se les ha pagado un sobreprecio, precisamente por producir grano de alta calidad, concluyó Alejandro Cadena.
De otra parte, según los cálculos de la Federación de Cafeteros, las exportaciones de estos productos totalizarán 600.000 sacos de 75 kilos cada uno durante el 2004, que dejarán ingresos por 38.700 millones de pesos. En el año 2002 se exportaron 179.000 sacos y en el 2003 la cifra fue de 500.000 sacos.

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